miércoles, 6 de mayo de 2020

TEMA INTELECTUAL ORGANICO


INTELECTUAL ORGÁNICO EN BASE A GRAMSCI
DEFINICIÓN
El concepto de intelectual orgánico, completado con el de intelectual tradicional forman parte de los conceptos centrales del pensamiento de Gramsci.
Por intelectuales es preciso entender no sólo aquellas capas comúnmente designadas con esta denominación, sino en general toda la masa social que ejerce funciones organizativas en sentido lato, tanto en el campo de la producción como en el de la cultura y en el político-administrativo.
Antonio Gramsci, por cuestión, No de una contradicción, sino de una distinción metodológica, delimita el concepto de intelectual en dos sentidos. De tipo sociológico y de tipo histórico.
El primero, de tipo sociológico, consiste en definir a los intelectuales por el lugar y la función que ocupan en el seno de una estructura social. A este tipo Gramsci lo denomina orgánico.
La segunda definición, de tipo histórico, consiste en determinar el carácter de intelectual por el lugar y la función que ocupan en el seno de un proceso histórico. A este segundo tipo, lo denomina tradicional.
LAS CLASES SOCIALES Y INTELECTUAL ORGÁNICO
Cada clase social fundamental tiende a crearse su propio grupo de intelectuales, que le da homogeneidad y conciencia, en el terreno económico, pero también en el político y el cultural. 
Gramsci se pronuncia contra la falsa noción de la independencia de los intelectuales, contra la asimilación de ellos a los “hombres de letras”; relativiza la división entre “intelectuales” y “simples”, y quiebra la individualidad del intelectual en la figura del “intelectual colectivo” de la clase obrera.
La superestructura manipulando a intelectuales

CARACTERÍSTICAS DEL INTELECTUAL.
A continuación, vemos los rasgos característicos de los intelectuales para Gramsci:
1) Los intelectuales son los organizadores de la función económica de la clase a la que están ligados orgánicamente
2)  Los intelectuales son también los portadores de la función hegemónica que ejerce la clase dominante en la sociedad civil. Trabajan en las diferentes organizaciones culturales (sistema escolar, organismos de difusión, periódicos, revistas…) y en los partidos de la clase dominante con el fin de asegurar el consentimiento pasivo, si no el activo, de las clases dominadas en la dirección que la clase dominante prepare a la sociedad.
3) Son, del mismo modo, los organizadores de la coerción que ejerce la clase dominante sobre las otras clases por medio del Estado.
4) El intelectual tiene también como función la de suscitar, en los miembros de su clase a la que está vinculado orgánicamente, una toma de conciencia de su comunidad de intereses, y la de provocar en el seno de esta clase una concepción del mundo homogénea y autónoma.
LOS INTELECTUALES E “INTELECTUALES ORGÁNICOS” EN LA OBRA DE GRAMSCI
El concepto de intelectual y particularmente el de “intelectual orgánico”. Según el autor: "No hay actividad humana de la que pueda excluirse toda intervención intelectual: no se puede separar al homo faber del homo sapiens" (Gramsci. 1970:392). Según lo anterior, es posible inferir que en el pensamiento gramsciano la noción de intelectual es una visión amplia. Así lo afirma el propio autor: "Todo hombre fuera de su profesión despliega alguna actividad intelectual, es un ‘filósofo’, un artista, un hombre de buen gusto, participa de una concepción de mundo, tiene una idea consciente de conducta moral y contribuye, por tanto, a sostener o modificar una concepción del mundo, o sea, a suscitar nuevos modos de pensar" (Gramsci. 1970:392).
De acuerdo a lo indicado, es posible confirmar que el autor asigna una función intelectual a todas las personas, en tanto cada uno de nosotros disponemos de una “concepción de mundo”. Asimismo, es posible decir que toda “concepción de mundo” es una concepción filosófica, en tanto está vinculada a percepciones, creencias, ideas sobre la vida y el mundo. En palabras de Gramsci: "Por intelectuales es preciso entender no sólo aquellas capas comúnmente designadas con esta denominación, sino en general toda la masa social que ejerce funciones organizativas en sentido lato, tanto en el campo de la producción como en el de la cultura y en el político-administrativo"
Diferencia entre Homo Sapiens y Homo Faber

Como podemos apreciar, los intelectuales desempeñan un papel fundamental en las concepciones de Gramsci. No obstante, podríamos afirmar que todos los seres humanos somos intelectuales, pero no todos cumplimos en la sociedad una función intelectual.
En este sentido, el autor distingue que la verdadera función intelectual es ejercida por aquel que denomina “intelectual orgánico”. Respecto del adjetivo orgánico, el autor señala: "Se podría estimar lo orgánico de las distintas capas de intelectuales, respecto su mayor o menor conexión con un grupo social básico, fijando una graduación de las funciones y de la superestructura desde abajo hacia arriba, desde la base estructural hasta lo alto".
En la interpretación de Días (2006), los intelectuales (en el sentido gramsciano) son aquellos que, independientemente del título académico, son capaces de enfrentar los problemas que afectan a las clases sociales y dar respuesta a ellos. En este sentido, podemos decir que el “intelectual orgánico” aparece cuando se comporta desde la solidaridad de clase, es decir, asume la relación estrecha que lo une con la clase de la que es representante.
En nuestra interpretación, el “intelectual orgánico” requiere de altos niveles de conciencia para impulsar el disenso y el cuestionamiento al ya explicado “consenso manipulado”.
Ahora bien, en el pensamiento gramsciano, una cuestión a resolver es justamente la generación de intelectuales orgánicos conscientes y críticos. Sobre el particular Gramsci sostiene: "El problema de la creación de una nueva capa intelectual consiste, por tanto, en elaborar críticamente la actividad intelectual que existe en cada individuo con cierto grado de desarrollo".
Consecuentemente, la escuela como institución de la superestructura y el educador como funcionario de la superestructura, son los instrumentos por excelencia en la preparación de intelectuales. Si aceptamos la idea planteada por Gramsci, parece posible afirmar que estos intelectuales formados en las escuelas, pueden contribuir al mantenimiento del sistema ideológico dominante o participar de un proyecto de disenso y cuestionamiento del sistema establecido, constituyéndose en indiscutibles “intelectuales orgánicos”.
Para Gramsci los intelectuales tienen un papel significativo, ya que son los que se encargan de la construcción teórica ideológica que legitima al grupo hegemónico. En lo que respecta a educación, entonces, ésta puede servir para mantener una estructura social o para transformarla a través del disenso; en este proceso cumplen una función trascendental los intelectuales orgánicos. Así, el papel del educador (en tanto intelectual orgánico) es fundamental, pero no como el que enseña en la escuela sino como representante de la conciencia crítica de la sociedad que asume el papel de mediador entre la sociedad general y la comunidad educativa.
El concepto de intelectual tradicional, que designa a los miembros de categorías pre-existentes al desarrollo industrial capitalista, que se conservan a sí mismas como “autónomas e independientes del grupo social dominante” y sobreviven a la desaparición del modo de producción en el que han surgido, es bastante preciso. Así, en el paso del modo de producción feudal al modo de producción capitalista, designa con precisión al clero, y constituye un instrumento de análisis para estudiar las luchas habidas entre los intelectuales de la burguesía y los de la aristocracia.
FUNCIÓN DEL INTELECTUAL
Los intelectuales son pues, primeramente, los organizadores de la función económica de la clase a la que están ligados orgánicamente.
Son también los portadores de la función hegemónica que ejerce la clase dominante en la sociedad civil. Trabajan en las diferentes organizaciones culturales (sistema escolar, organismo de difusión –periódicos, revistas, radio-, etc.), y en los partidos de la clase dominante, con el fin de asegurar el consentimiento pasivo, si no el activo, de las clases dominadas en la dirección que la clase dominante imprime a la sociedad.
Los intelectuales son también los organizadores de la coherción que ejerce la clase dominante sobre las otras clases por medio del Estado.
La escena revolucionaria y el obrero emancipado (1830-1848)
Cooperación del Intelectual  
El intelectual tiene también como función la de suscitar, en los miembros de su clase a la que está vinculado orgánicamente, una toma de conciencia de su comunidad de intereses, y la de provocar en el seno de esta clase una concepción del mundo homogénea y autónoma. Esta función de homogeneización la ejerce el intelectual a dos niveles: al nivel del saber y al nivel de la difusión.
HEGEMONÍA E INTELECTUAL.
Los intelectuales son los “empleados” del grupo dominante para el ejercicio de las funciones subalternas de la hegemonía social y del gobierno político a saber:
PRIMERO: Del “consenso” espontáneo que las grandes masas de la población dan a la dirección impuesta a la vida social por el grupo fundamental dominante, consenso que históricamente nace del prestigio (y por lo tanto de la confianza) que el grupo dominante deriva de su posición y de su función en el mundo de la producción.
SEGUNDO: Del aparato de coherción estatal que asegura “legalmente” la disciplina de aquellos grupos que no “consienten” ni activa ni pasivamente, pero que está preparado para toda la sociedad en previsión de los momentos de crisis en el comando y en la dirección, casos en que no se da el consenso espontáneo.
La coerción ocupa un segundo plano en las sociedades hegemónicas, pero puede pasar al primero en momentos de crisis.
LA POLÍTICA Y LA EDUCACIÓN EN EL PENSAMIENTO DE A. GRAMSCI.
Releer a Gramsci nos ayuda a entender el rol de la educación como acto político y el papel transformador del educador, en cuanto “intelectual orgánico”. El filósofo italiano se basa en una profunda creencia en la capacidad humana de cambiar al mundo, por lo tanto, en la negación del determinismo histórico. Es un pensamiento que defiende un determinado proyecto de sociedad, que afirma la política como carácter inherente a todo lo que es humano, que reconoce la legitimidad del saber popular, de la cultura popular, del buen sentido popular.
Por consiguiente, Gramsci postula un proceso educativo que, para alcanzar la igualdad social, debe ser gradual, destacándose en los primeros años de estudio por un carácter activo y estimulante de la disciplina para el aprendizaje y la libertad. En una segunda etapa, la escuela activa debe dejar paso a la escuela creativa. La primera tiene por principal fin nivelar los conocimientos, la segunda, debe promover la asunción de una personalidad autónoma y creativa. Para ello el educador debe erigirse en un guía que oriente los aprendizajes ya que el niño no es un recipiente mecánico y pasivo.
RESUMEN.
1.      Las sociedades están constituidas por los intelectuales orgánicamente ligados a una clase del modo de producción anterior o en vías de desaparición
2.      Al intelectual se le denomina tradicional siempre, por lo que está en relación con una clase progresiva.
3.      El concepto de intelectual tradicional designa un objeto visto desde una perspectiva histórica. Se funda en el análisis de las tendencias históricas de las clases sociales. Estos intelectuales segregan una ideología por la que se presentan como independientes de las clases sociales y como representantes de una continuidad histórica. Esta ideología esconde su carácter de clase.
4.      El intelectual por su carácter sociológico, su posición de clase que no varía con las diferentes épocas históricas, pero que está siempre presente en todas sus actividades intelectuales.
5.      Esta ideología del intelectual orgánico, tiene una determinada eficacia política:
a.       Da a los intelectuales un sentimiento de solidaridad de casta y una cierta cohesión;
b.      Les impulsa a proporcionarse organizaciones relativamente independientes de las clases dominantes;
c.       Justifica lo que les permite su mayor o menor grado de autonomía: la defensa de sus intereses de casta, primordialmente cuando esta defensa le conduce a la oposición a alguna decisión de las clases dominantes;
d.      Sirve, finalmente, para ocultar sus posiciones de clase, para mixtificar a las clases sobre las que ejercen su hegemonía.
6.      La subordinación, o, mejor dicho, la asimilación de los intelectuales tradicionales por los intelectuales orgánicos de la clase dominante es directamente proporcional, por una parte, a la fuerza de los caracteres orgánicos y progresivos de esta clase y, por otra, a la debilidad de la organización de los intelectuales tradicionales.
Referencia Bibliográfica.
Gramsci, A. La formación del profesional orgánico
Gramsci, A. Cuadernos desde la cárcel, numero V.
Gramsci, A. 1967. Los intelectuales y la organización de la cultura. México: Grijalbo.

MATERIAL BIBLIOGRAFICO


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